Metodología en 3 escalones para la microgestión del conocimiento

CapturaHace años le pedimos prestada una diapo a Miguel Ángel Máñez con una conocida cita de Mitch Kapor a la sazón el padre del otrora invencible Lotus 1, 2, 3 y uno de los creadores de la Fundación Mozilla. En ella, Kapor afirmaba que Getting information off the Internet is like taking a drink from a fire hydrant, afirmación que nos gusta recordar cuando hablamos de lo importante que es organizar adecuadamente la cocina si queremos aprovechar el increíble torrente de información que fluye por la Red y que éste no nos ahogue en nuestra propia incapacidad para gestionarlo.

Hoy vamos a aprovechar la petición de Máñez para que participemos en una nueva edición de #CarnavalSalud, que esta vez tiene como objetivo que algunos de los más conocidos chefs (conocidos no significa mejores) hagan públicas sus recetas para la gestión del conocimiento, para dejar a la intemperie las nuestras. Recuerdo que la primera vez que hablamos de esto fue en el 18 Congreso de la SEFAP, con una ponencia que titulamos Las TIC, aliadas del FAP en la promoción del uso adecuado de los medicamentos. A nadie se le escapa que el título es toda una declaración de intenciones, porque en nuestro caso, todo el tinglado tecnológico que usamos, que al fin y a la postre se resumen en unas cuantas herramientas al alcance de todos, no tiene otro fin que el profesional.

En dicha ponencia la diapo 14 -que hoy ilustra este post- resume un proceso que hemos querido simplificar al máximo con el fin de hacerlo útil. Útil para nosotros y útil para ti, querido lector. Porque en el postureo habitual de la Red queda muy cool repartir peces. Pero nosotros, sinceramente, preferimos enseñar a pescar. Y para este propósito dejamos aquí un sencillo método que hemos estructurado en 3 pasos. Son éstos…

1.- Selección de las fuentes: en Internet hay, en lo concerniente al mundo del medicamento, centenares -si no miles- de fuentes de información que pueden ser útiles. No podemos llegar a todo, ni siquiera pretenderlo. Pero sí hemos de aspirar a que no se nos escape lo relevante, bebiendo siempre de fuentes fiables, que pueden ser revistas, instituciones, organismos… o personas. Para ello -dirigiéndonos en todo momento al usuario novel– nuestra recomendación es elegir aquéllas de reconocido prestigio por su transparencia, rigor e independencia. Tres características fundamentales en toda fuente digna de confianza.

En este orden de cosas, algunos preferirán comenzar siguiendo las revistas más influyentes (BMJ, NEJM, JAMA, Lancet) con un ojo puesto en los organismos más prestigiosos (CADTH, NICE, SIGN, Cochrane, AHRQ, IQWiG) y otro en los profesionales que descollan a nivel internacional (Fiona Godlee, Richard Lehman, Richard Smith, Víctor Montori). Si lo nuestro es salirnos por la tangente, lo más fácil es comprar el producto de los mejores organismos filtradores de la Red. Hay muchos, pero podemos empezar por estos 4: el apartado de noticias del BMJ, 2 Minute Medicine, Medicines Awareness Service o el NEJM Journal Watch.

La experiencia nos dirá si las fuentes que hemos elegido son o no útiles en nuestro propósito para conservarlas, o reemplazarlas si es el caso, por otras nuevas. Ni que decir tiene lo importante que es tener unas buenas antenas en la Red para localizar nuevas fuentes de interés para lo cual Twitter es nuestro caladero favorito.

2.- Recolección y filtración de contenidos: hoy día no es recomendable utilizar los ineficientes bookmarks o favoritos, que nos obligan a peinar a diario las webs de nuestras fuentes mascota en busca de novedades. Más adecuado resulta utilizar un lector de feeds, de los que hay una gran oferta, ya que permiten organizar las fuentes a nuestro antojo, automatizar la recolección de información, etiquetarla, compartirla y recuperarla cuando sea necesario. Actualmente utilizamos FeedReader, cuyos secretos recopiló Ernesto Barrera en esta magnífica presentación y exceden, con mucho, los propósitos de esta entrada.

Otro lector que utilizamos es Flipboard, con el que mantenemos vivo el espíritu de El Rincón de Sísifo, adaptado a la web 2.0. Pero independientemente del programa elegido, lo importante ahora es recalcar que el RSS nos permite seguir fuentes de texto -incluidos los blogs- cuentas de Twitter, de Slideshare, mantener búsquedas en PubMed, etc lo que  da idea de sus posibilidades.

3.- Almacenamiento inteligente: un error común es crear en el escritorio una carpeta en la que vamos guardando los archivos -generalmente en formato PDF- con las publicaciones que nos interesan. Toda una garantía de que no volveremos a mirarlos nunca. Para que la información localizada, procedente de nuestras fuentes mascota y que hemos considerado relevante, cumpla su cometido (aumentar nuestro conocimiento sobre un determinado tema) es importante organizarla de forma útil, esto es, de rápido acceso y fácilmente recuperable. Para ello, amén de lo comentado para FeedReader (que permite el etiquetado y la búsqueda en el particular Google creado) nosotros utilizamos Microsoft OneNote, aplicación de la familia Office que nos permite trabajar por proyectos. Otra alternativa interesante es Evernote.

Cualquiera de estas aplicaciones nos permite abrir un proyecto (que puede ser, por ejemplo, un post para revisar el lugar de rivaroxabán en la terapéutica del SCA) e ir atesorando toda la información de interés (enlaces, tablas, gráficas, ilustraciones…) que encontremos del tema en la Red.

Un último escalón en la gestión del conocimiento consiste en elaborar un texto (como guión o más desarrollado) sobre un tema al que estemos realizando un seguimiento. Algunos de estos textos son las chuletas que podéis leer en este blog.

Colofón: hoy hemos dado unas pinceladas de nuestra labor de microgestión del conocimiento para mantenernos actualizados sobre cuestiones que nos van a resultar clave para promocionar en nuestro ámbito el uso adecuado de medicamentos. La metodología seguida -totalmente autodidacta- es muy sencilla porque hemos eliminado cualquier elemento que la complique o nos resulte superfluo. De esta manera, conseguimos con una inversión de tiempo razonable (≈1 hora diaria) tener una visión bastante completa de lo que se mueve -no lo olvidemos, a nivel mundial- alrededor de los temas que nos interesan.

No pecamos de originales, pero sí de eficientes. En una ocasión ya dijimos en este blog que, a los que nos preguntan de dónde sacamos el tiempo, les decimos que deberían preguntarnos de dónde sacamos la motivación. El tiempo es oro. Por eso hemos pergeñado la forma de rentabilizarlo e impedir que triture el destinado a nuestra versión 1.0 que, dicho sea de paso, es la que más satisfacciones nos da…

9 comentarios

  1. […] Sin quitar mérito a ninguna de las publicaciones anteriores -sino todo lo contrario- nos parecen de gran utilidad y por eso las citamos, el eje del post de hoy lo constituye esta guía de práctica clínica publicada en el Canadian Family Physician, porque con su notable calidad metodológica (revisión sistemática de respaldo, GRADE, declaración de conflicto de intereses, material de apoyo a pacientes) constituye el intento más notable de aproximación al asunto que nos ocupa de los detectados por el radar de nuestro PLE. […]

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