Hoy es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la mujer y no queríamos dejar pasar la ocasión de tener un recuerdo en Sala de lectura, para todas las mujeres -muchas, demasiadas, a tenor de las cifras de las ONU– que sufren una violencia que, generalmente, procede de un hombre. En nuestra Sociedad, el asesinato, la agresión física, la mutilación genital o el comercio de mujeres, constituyen una lacra que no hemos logrado aún erradicar pero, afortunadamente, son casos minoritarios. No obstante, existe una violencia más sutil y mucho más frecuente: el control, la intromisión continua en la vida cotidiana, la violencia verbal, la utilización de los hijos en común para extorsionar y, en definitiva, el acoso y derribo para lograr la sumisión y destrucción psicológica, ejercida por parejas o exparejas. Esta violencia, presente en muchos hogares españoles, es tanto o más difícil de erradicar que la física, aunque es tanto o más destructiva. Y ante esta forma de maltrato, tampoco podemos mirar hacia otro lado.
La semana pasada tuiteamos un interesante estudio publicado en Annals of Internal Medicine cuyo objetivo fue investigar el riesgo de sufrir una hemorragia grave en pacientes con fibrilación auricular con tratamiento antitrombótico que toman simultáneamente un AINE (cualquier AINE). Siendo éstos unos de los grupos farmacológicos más utilizados en ancianos y la FA la arritmia más prevalente en ellos, nos ha parecido necesario detenernos y ver qué aporta esta importante investigación. Pasa y descúbrelo con nosotros…
Metodología: estudio observacional de cohortes realizado en Dinamarca, entre 1997-2011, en pacientes (>30 años) con FA hospitalizados, a partir de registros electrónicos. Se describen los criterios de exclusión más importantes. La variable de resultado principal fueron las hemorragias graves (hemorragia intracraneal, gastrointestinal, del tracto urinario o respiratorio que causaron un ingreso hospitalario o la muerte) o anemia debida una hemorragia.
Resultados: se incluyeron 150.900 pacientes con FA (mediana de edad, 75 años) de los cuales a 53.732 (35,6%) se les prescribió un AINE durante una mediana de 6,2 años. Se registraron 17.187 (11,4%) y 19.561 (13,0%) hemorragias graves y episodios tromboembólicos, respectivamente. A los 3 meses de tratamiento, el riesgo absoluto de sufrir una hemorragia grave con una exposición a AINE de 14 días fue de 3,5 episodios por 1.000 pacientes vs 1,5 episodios por 1.000 pacientes entre los no sometidos a dicha exposición. La diferencia (1,9 episodios por 1.000 pacientes) se elevó hasta los 2,5 episodios por 1.000 pacientes en pacientes anticoagulados.
Conclusión de los autores: en pacientes con FA, el consumo de AINE se asoció a un factor de riesgo independiente de sufrir una hemorragia o episodio tromboembólico graves. La exposición corta a AINE se asoció con un incremento del riesgo de hemorragias. Los médicos deben ser prudentes con los AINE en pacientes que padecen una FA.
Fuente de financiación: (indirecta) Novo Nordisk Foundation.
Comentario: la importancia de este estudio observacional radica en que, por primera vez, se sugiere que el uso de AINE (cualquier AINE) a corto plazo (14 días) es un factor de riesgo independiente para el incremento del riesgo absoluto de hemorragias graves en pacientes con FA anticoagulados y/o antiagregados. Así mismo, se observó durante el tratamiento con AINE (tablas 2 y 3) un incremento del riesgo de sufrir un episodio tromboembólico o de morir tras una hemorragia grave no mortal. Y por último, un incremento del riesgo de hemorragia asociado al uso de dosis más altas del antiinflamatorio. Respecto a la magnitud del riesgo, los autores lo cifran en 1 hemorragia grave por cada 400-500 pacientes expuesto a un AINE durante 14 días.
En cuanto al tipo de anticoagulación, el riesgo observado está presente tanto en los antagonistas de la vitamina K, como en los NACO, por lo que se nos advierte que cambiar a algunos de éstos, como dabigatrán, podría incluso empeorar las cosas.
El estudio de hoy tiene limitaciones inherentes a su diseño observacional o a su ejecución. Así, no se tuvieron en cuenta factores de confusión como el tabaquismo o el IMC, faltó información de los INR y se desconoce el impacto de la automedicación (ibuprofeno, ácido acetilsalicílico) en los resultados. No obstante, es una nueva demostración de cómo los estudios observacionales son fundamentales en la definición del perfil de seguridad de los medicamentos y sus asociaciones.
Así, ahora, tenemos pruebas de que añadir un AINE (aunque sea unos días) al tratamiento habitual de la FA puede entrañar un riesgo importante para el paciente, por lo que evitaremos -en la medida de lo posible- dicha asociación y, en última instancia, haremos un uso juicioso de aquéllos.
Como colofón diremos que estamos ante uno de esos estudios que suponen un pequeño paso en terapéutica, pero un gran salto para mejorar la seguridad de nuestros pacientes. Tanto ensayo clínico estupendo para posicionar los NACO y ha tenido que ser un humilde estudio observacional el que aporte las primeras pistas fiables de lo que todos intuíamos…
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