Nuestra última entrada venía a cuento de que nos íbamos de vacaciones. Y aún estamos de descanso, tras unos intensos días de playa, lugar donde, si observamos a los demás, obtendremos un boceto de nuestros hábitos de vida. Desde pequeños siempre nos ha epatado ese individuo -generalmente, varón- que pasa su período de descanso haciendo flexiones en la toalla o galopando por la orilla en las horas de más calor, tirando de un perfil -y un estilo- que delatan su bisoñez. Lo damos por bien empleado si es síntoma de un cambio de actitud. Pero con todo y con eso, le recomendamos descansar y renovar los votos con una vida sana cuando haya pasado la canícula.

En este blog ejercemos un consciente talibanismo preventivista -como muchos lectores han apuntado- y recomendamos por activa y pasiva llevar una vida saludable y, a ser posible, satisfactoria. Lo primero, indudablemente, está en nuestras manos y nos puede alejar de un diagnóstico de cáncer, algo que todos hemos vivido de cerca. En 2009 nada menos que 156.900 personas murieron por algún tipo de tumor en el Reino Unido. En España, los datos disponibles  sitúan al cáncer como segunda causa de mortalidad y está previsto que este año le cueste la vida a más de 100.000 personas. Pero ¿qué podemos hacer a nivel individual para reducir el riesgo? En NHS Choices nos lo han resumido magistralmente, así que hemos traducido y adaptado un artículo cuyas principales recomendaciones son:

1.- Dieta sana y equilibrada: ningún alimento o suplemento puede prevenir, por sí solo, el cáncer. No obstante, las evidencias disponibles muestran una relación entre comer ciertos grupos de alimentos y una reducción del riesgo de sufrir esta enfermedad. Una dieta sana y equilibrada debe incluir:

– fruta y vegetales en abundancia (al menos 5 raciones al día). Frutas y verduras de temporada. ¿Qué es una ración de fruta?

– pan, arroz, patatas, pasta y otros alimentos ricos en almidón en abundancia. Preferentemente con cereales integrales porque contienen más fibra. Ésta ha demostrado disminuir el riesgo de tumores intestinales.

– carne, pescado, huevos, judías y otras fuentes de proteínas de ingesta no diaria.

– leche y lácteos. La carne es una fuente óptima de proteínas, vitaminas y minerales -como hierro y zinc-. No obstante, existe una asociación entre una elevada ingesta (>90 g/día) de carnes rojas (ternera, cerdo, cordero) y muy procesadas (bacon, embutidos) y un aumento del riesgo de tumores intestinales.

– pequeñas cantidades de alimentos y bebidas ricos en grasas o azúcares (bollería, patatas fritas, bebidas carbónicas azucaradas y todo tipo de snacks empaquetados).

Comer una dieta sana y equilibrada es la mejor forma de asegurarnos de que nuestro organismo obtiene todos los nutrientes que necesita y no requeriremos -en circunstancias normales- ningún suplemento. En cuanto a éstos, pueden llegar a ser perjudiciales, como se ha observado en el caso de los betacarotenos, asociados a un incremento del riesgo de sufrir cáncer de pulmón en fumadores o personas expuestas al asbesto.

2.- Mantener un peso adecuado: en Inglaterra, como sucede en España, un porcentaje muy importante de la población sufre sobrepeso o es obesa. Esta condición incrementa el riesgo de sufrir tumores intestinales, pancreáticos, esofágicos, renales, de útero y mama (en mujeres postmenopáusicas). Calcula tu IMC. Cuidado con la obesidad localizada.

3.- Disminuir la ingesta de alcohol: las mujeres no deben de beber de forma regular (todos los días o la mayoría de los días a la semana) más de 2-3 unidades de alcohol al día y los varones, más de 3-4. Un consumo excesivo de alcohol se relaciona con cáncer de boca, faringe, laringe, esófago, mama y colon. En mujeres, además, probablemente esté relacionado con el cáncer colorrectal y hepático. Calcula el alcohol que ingieres.

4.- Dejar de fumar: el cáncer de pulmón muestra su cara más dramática en las cifras de mortalidad, con una tasa ajustada de 61,47 por 100.000 y una edad media de 69 años en varones y valores más discretos (10,85 por 100.000; 66 años) en mujeres, pero al alza. Sin duda alguna, dejar de fumar es la medida que de forma más positiva incide en alejarnos de un diagnóstico de cáncer. Mientras antes lo dejemos, mejor: las personas que dejan de fumar a los 30 tienen una esperanza de vida similar a los no fumadores. Y los que lo dejan el tabaco  a los 50, disminuyen el daño a la mitad. Recursos para dejar de fumar.

5.- Proteger tu piel del sol: para prevenir el cáncer de piel, nada como seguir las recomendaciones habituales a la hora de tomar el sol: no hacerlo en las horas centrales del día, evitar las quemaduras solares, usar gorras, sombreros, gafas de sol, camisetas, usar cremas solares con un factor de protección 15 como mínimo y, sobre todo, evitar que los más pequeños se quemen. A esto hay que sumarle una vigilancia a los lunares y pecas, cuyo cambio de tamaño, color o sangrado son signos que nos deben llevar a consultar al médico lo antes posible. Recomendaciones sobre protección solar.

Colofón: ni que decir tiene que el post de hoy está más dirigido a la población general que a los profesionales sanitarios, que deberíamos dar ejemplo en relación a nuestros hábitos de vida. No obstante, hemos creído interesante hacer un recordatorio en el que hemos enlazado algunos recursos que creemos pueden ser útiles. En la playa se ven cuerpos martirizados por el sedentarismo y una dieta inadecuada. Mucha gente (joven) fumando. Personas que pasan horas al sol sin protección alguna. Y todo ello, regado con abundante líquido (casi nunca agua) para mitigar la sed. Los oncólogos nos avisan que este año habrá en España casi 20.000 diagnósticos de cáncer más que en 2.011. Cierto es que la mortalidad ha disminuido. Pero como prevenir siempre será mejor que someternos a la quimio, radioterapia o cirugía, a lo mejor ahora, con el buen tiempo no está de más que reflexionemos acerca de todo lo que podemos hacer individualmente, para disminuir el riesgo de sufrir un cáncer. Que es mucho. Muchísimo…