Una de las cosas que nos rechiflan de Internet es bichear qué o quién hay detrás de algo que nos interesa. Por ejemplo, esta mañana nos ha llamado la atención que un tal Des Spence ha publicado en el British Medical Journal un artículo titulado Take down the BMJ pay wall -cuya lectura recomendamos- en el que arremete contra el cierre a cal y canto de algunas secciones de la revista -que tiene su origen en un ya lejano 2004- y que termina así: open access to all medical knowledge is such an important principle, and protectionist pay walls are a long term folly that may ultimately see the influence of the BMJ decline. We, the share owning BMA membership, should be allowed to decide the purpose and future of the BMJ. La publicación de este artículo muestra un gran arrojo por parte de su autor y es un ejercicio de transparencia por parte de la publicación. Despertada nuestra curiosidad, una rápida búsqueda en Google nos lleva a descubrir que @des_spence1 -su alias en tuiter- es autor de un interesante blog que, según sus palabras, trata about all the stupid and bad things that medicine does. Además, este médico de familia escocés, es el portavoz en el Reino Unido de No free lunch, la conocida organización no gubernamental que lucha contra las relaciones contaminantes y contaminadas entre cierto tipo de profesionales sanitarios y cierto tipo de industria farmacéutica. Todo un carácter al que ahora seguiremos con atención.
El segundo tema del día nos lleva a la factoría Cochrane que ha publicado una revisión titulada Intermittent oral iron supplementation during pregnancy que ha tenido como objetivo evaluar los beneficios y perjuicios asociados al suplemento intermitente (1-3 veces en semana) de hierro solo o asociado a ácido fólico u otras vitaminas y minerales, en mujeres embarazadas sobre variables de resultado relacionadas con el embarazo (fundamentalmente hematológicas) y el período neonatal (bajo peso al nacer, edad gestacional en el momento del parto…). Los resultados sugieren que el régimen intermitente de hierro y ácido fólico proporcionan unos resultados similares a la administración diaria en las variables analizadas, pero con menos efectos adversos (fundamentalmente altos niveles de hemoglobina en 2º y 3º trimestre de embarazo) por lo que es una alternativa interesante para las mujeres embarazadas que no tengan anemia y cuenten con un seguimiento adecuado.
Volvemos, para terminar, al BMJ donde se ha publicado una revisión sistemática y meta-análisis de ensayos clínicos y estudios observacionales, cuyo objetivo ha sido revisar el riesgo de neumonía asociado al consumo de IECA y ARA-II. Como muchos sabéis, estos antihipertensivos tienen efectos secundarios que afectan al sistema respiratorio y algunos estudios han sugerido que podrían proteger frente a la neumonía. Tras analizar los datos de los estudios incluidos en la revisión, los autores concluyen que los IECA (a diferencia de los ARA-II) tienen un efecto protector frente a la neumonía que es estadísticamente significativo y clínicamente relevante. Estos resultados -más importantes en pacientes de origen asiático o que han sufrido un ACV previo- son un motivo más para no cambiar el tratamiento con IECA a la ligera si el paciente presenta efectos adversos (tos) tolerables.
Y lo dejamos aquí por hoy. Cogemos la toalla y nos dirigimos a la piscina de la discordia. Después de dar tanta lata para que se abriera, hay que disfrutarla. Blog off. Twitter off. Holydays, de nuevo, en modo on…