Hoy hemos recuperado nuestro espíritu traductor y nos hemos merendado un artículo de Nature titulado Cholesterol limits lose their lustre. Sin duda, el asunto de las cifras objetivo del cLDL es uno de los más controvertidos y oscuros de la Historia reciente de la Medicina. Auspiciadas por una panel de expertos y con escaso respaldo evidencial, el artículo de hoy -que hemos traducido y adaptado para ti- trae una buena nueva: es posible que la cuarta actualización de las guías del Adult Treatment Panel -próxima a publicarse- relaje los límites establecidos o incluso los elimine. Sería una buena noticia para los pacientes y una pésima noticia para la industria farmacéutica y alimentaria, unidas en una campaña de menos es más cuyos beneficios -aparte los económicos- no han sido, que sepamos, evaluados directamente en ningún ensayo clínico publicado hasta la fecha. Por la longitud del artículo, lo hemos dividido en dos interesantísimas partes. ¿Prescribes y/o estás siendo tratado con estatinas? Quizás deberías leer esto…
Justo después de que Joseph Francis supiera que sus cifras de cLDL duplicaban los valores normales, descubrió las limitaciones de los fármacos hipolipemiantes y de las guías clínicas que orientan su utilización. Francis, director de la Veterans Health Administration comenzó a tomar atorvastatina, una estatina que es el fármaco más vendido en la historia de la industria farmacéutica. Su cLDL se desplomó, pero aún así mantuvo el empeño de mantenerse por debajo de las cifras objetivo marcadas por las guías. Añadir otro fármaco no tuvo efecto alguno y aumentar la dosis de atorvastatina le provocó dolor muscular, un raro efecto adverso de las estatinas que puede desembocar en un colapso muscular.
En vista de todo esto, Francis volvió a la dosis moderada de atorvastatina y decidió que podía vivir con sus altas cifras de colesterol. Más tarde, aprendió que otros pacientes estaban siendo tratados de forma agresiva para conseguir unas estrictas cifras objetivo de cLDL. Pero nuestro protagonista descubrió que el respaldo científico de los objetivos propugnados por las guías era sorprendentemente ambiguo. «No se puede decir que disminuir más las cifras de cLDL beneficie necesariamente al paciente», sentenció.
Las recomendaciones actuales pueden cambiar pronto. Por primera vez en más de una década, el US National Heart, Lung and Blood Institute está revisando las guías clínicas que conformaron el tratamiento de Francis. Con la esperanza de que se publiquen este año, la cuarta entrega de estas guías -conocidas como ATP IV- han sido redactadas por una panel de expertos formado por 15 cardiólogos designados por el NHLBI. Dicha guía constituirá el estándar de la práctica clínica en EE. UU. y muchos otros países, e influirá notablemente en el mercado farmacéutico. Además, serán reflejo del profundo debate existente sobre las cifras objetivos de colesterol, que no han sido evaluadas directamente jamás en un ensayo clínico.
No podemos asumir que modificar un factor de riesgo implique modificar el riesgo, afirma Harlan Krumholz, cardiólogo de la Universidad de Yale. Nos hemos achicharrado muchas veces en la pasada década con esta asunción.
Desde 2002, cuando el ATP III indujo a los médicos a conseguir unas determinadas cifras objetivo de cLDL, el concepto de nivel bajo de colesterol ha llegado a convertirse en sinónimo de salud cardíaca. Los pacientes alardean de sus cifras de colesterol, los médicos bromean con añadir estatinas al agua del grifo y algunos hospitales incentivan a sus médicos cuando los pacientes alcanzan los objetivos de colesterol establecidos.
En 2011, los médicos estadounidenses hicieron cerca de 250 millones de prescripciones de hipolipemiantes, lo que se traduce en un mercado de 185.000 millones de dólares. La industria farmacéutica, en particular, está muy a favor de las cifras objetivo, dice el cardiólogo Joseph Drozda, ya que favorece el uso de sus productos.
«El ATPIII refleja el creciente consenso entre los médicos de que reducir marcadamente el colesterol disminuiría la probabilidad de sufrir una ataque cardíaco o un ACV» dice Richard Cooper, epidemiólogo de la Loyola University of Chicago, quien participó en el comité que elaboró las guías. Dicho comité utilizó profusamente los datos clínicos, pero también usó extrapolaciones de datos experimentales y análisis post hoc de ensayos clínicos. «Las cifras objetivo de cLDL fueron establecidas para ser un valor específico menor que y enviar un mensaje» afirma Cooper. «No quisimos decir de forma explícita que menos es mejor porque no había evidencia para ello. Pero todo el mundo tuvo la sensación de que era la respuesta correcta».
Segunda parte del artículo y comentario
Reblogged this on Cuaderno en piel and commented:
Los niveles de colesterol; esas cifras ideales… pero no tanto.
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[…] farmacoterapéuticas que de ellos emanen no tengan un fundamento científico sólido. Algo así hemos denunciado en este blog a cuenta de los valores objetivo del cLDL y también salió a relucir -con la DM como […]
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[…] el pasado mes de marzo os dejamos en Sala de lectura dos entradas (1 y 2) que son la traducción de un magnífico artículo de Nature cuyo arriesgado comentario […]
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[…] -entre otras cosas- por la crítica de una parte relevante de la Comunidad Científica (ver 1 y 2). Del papel de las estatinas en terapéutica hemos escrito en Sala de lectura en muchas […]
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[…] tomado parte en alguna ocasión y son muchos los posts que hemos dedicado en este blog, como estos (1, 2) que cuestionaban la base evidencial de las cifras o este otro, a propósito de la publicación […]
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