Pies en el barro

No podemos disimular nuestra admiración por Santiago Auserón. Suyo -en realidad, de Radio Futura– es uno de los primeros discos que compramos con apenas 17 años. La cara A del single (término que no sé si será comprendido por los más jóvenes) era Escuela de calor, canción que se convirtió en el himno de los que hoy peinamos -o quisiéramos peinar- canas. Muchos años después Santiago, reconvertido en Juan Perro y rozando la sesentena, nos sigue deleitando con su voz y su forma burlona de desentrañar las miserias de la cotidianeidad. La canción que hoy enlazamos se titula Pies en el barro. De todas las versiones que circulan en la Red hemos elegido ésta, en la que Auserón hace una interpretación excepcional sin más acompañamiento que la guitarra acústica. Si no has reparado en su letra, te invitamos a escucharla de nuevo y más si tu vida está sumida en algún tipo de crisis.

A veces, las personas nos aferramos a cosas -o a otras personas- que nos lastran. Para salir del barro en el que estamos clavados, hay que aceptar ciertas pérdidas. Pueden ser unos zapatos, una casa con jardín… o dejar atrás media vida. Da igual. Hay que seguir adelante. Como dice Santiago, a veces lo más sensato es olvidar… olvidar los zapatos que compré. Los zapatos, la casa con jardín. O la media vida que irremediablemente se quedó atrás.

La buena noticia es que queda otra media por vivir. O no. Pero urge salir del barro aprovechando las manos que te ayudan. Unas, eran de esperar. Y otras, totalmente inesperadas. Todas valen. Aunque algunas dan, inexplicablemente, más calor que otras. Así es la vida…

Ah, vale… las lecturas. Sí, que este blog se titula Sala de lectura y no de escritura. De todo lo publicado esta semana, os recomendamos que no perdáis de vista los siguientes artículos. Ahí van, tal y como los tuiteamos en su día:

Feliz fin de semana a todos…

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