Sanidad híbrida o la conversación entre iguales como motor de cambio


Hoy hemos hecho un corta-y-pega de nuestra colaboración en la iniciativa Sanidad híbrida. Si aún no la conoces, te invitamos a leer los interesantísimos posts publicados hasta la fecha y los que irán apareciendo en los próximos días. Por nuestra parte, hemos hilvanado algunas ideas que algunos ya nos habréis escuchado/leído antes y que tienen un denominador común: Internet se ha convertido en una gran conversación en la que, en un plano de horizontalidad, los usuarios construyen contenidos de forma cooperativa. Esta realidad, es un importante motor de creatividad e innovación que, como no puede ser de otra forma, nos llevará, irremediablemente a un nuevo escenario en nuestras vidas profesionales y personales…

Hay quien afirma que la Web 2.0 ha supuesto, nada más y nada menos, que Internet pase de ser una gran biblioteca a ser una gran conversación. Esto ha tenido una consecuencia de gran alcance: actualmente, el 80% del contenido que existe en la web ha sido generado por los propios internautas, fruto de una interacción horizontal, que ha diluido las fronteras que, artificialmente, había trazadas. Las políticas, permitiendo que contactemos con personas de cualquier lugar del mundo. Las profesionales, haciendo posible que personas con distinto perfil, pero unos mismos intereses, se busquen y formen verdaderas microrredes en las que se genera y fluye el Conocimiento. Y la que separaba a autores de lectores o profesionales sanitarios de pacientes. En definitiva, dónde te encuentres y a qué te dediques es lo de menos. Lo trascedente –y esta es la novedad- es que tengas la información, el dato, que alguien busca, o simplemente, sepas quién lo tiene y estés dispuesto a compartirlo.

Los profesionales sanitarios se van incorporando paulatinamente a la gran conversación. Ésta se desarrolla en múltiples plataformas, de las que destacamos la blogosfera y las redes sociales, con Twitter como máximo exponente. Estos lugares, inicialmente impersonales, homogenizantes, globalizadores, se han convertido en nuestra particular ventana al mundo, a través de la cual intercambiamos información, ideas, experiencias y lo más relevante: accedemos al inagotable talento de muchas personas que, en otras circunstancias, hubiera pasado desapercibido, en unos casos, o se hubiera mostrado inalcanzable, en otros. Casi sin darnos cuenta, se ha hecho habitual acudir a la llamada de personas que no conocemos, a las que nunca hemos visto, que recaban nuestra colaboración en proyectos de distinta índole, pero con un denominador común: su carácter cooperativo. Casi sin darnos cuenta, nos hemos acostumbrado a convivir con personas cuyo espíritu innovador genera ideas, iniciativas, que pretenden cambiar las cosas en una imparable revolución que, ascendiendo por capilaridad, impregnará, qué duda cabe, a aquéllos que aún pululan por los pasillos de nuestros centros con manchas de tinta en las manos.

¿Papel o lectores electrónicos? ¿Unos cuantos compañeros, que no hemos elegido o muchos, que hemos seleccionado nosotros? ¿Una ventana en nuestro lugar de trabajo o un mirador al Conocimiento? La realidad ha cambiado y no todos siguen el curso de los acontecimientos al mismo ritmo. Si hace unos años se definía al sabio como la persona capaz de recordar y repetir una cantidad notable de información, hoy se considera sabio a quien es capaz de encontrarla en el maremágnum de la Red y, además, utilizarla. No es suficiente, por tanto, con tener un teléfono inteligente, una tableta o una conexión de banda ancha. Para sacarle todo el jugo a las nuevas herramientas, necesitamos, además, nuevas habilidades de búsqueda, evaluación, análisis y síntesis de la información.

Nada de esto es de utilidad sin lo más importante de la Web 2.0: . Millones de personas se han unido a la conversación guiados por su curiosidad, sus ansias de conocer y mejorar, como profesionales y como individuos. Ahora, reconocemos abiertamente nuestras limitaciones. Preguntamos cuando no sabemos. Solicitamos ayuda cuando la necesitamos. Y la damos cuando nos la piden. Por otra parte, la horizontalidad de la conversación ha hecho que la transparencia se abra camino en nuestra vida profesional y se esté convirtiendo en una exigencia en nuestra vida privada. En momentos particularmente difíciles, en los que grandes corporaciones de todo tipo cotizan a la baja, la solidaridad lo hace al alza. Todo lo anterior se conoce como actitud 2.0, de la que hacen gala los sanitarios híbridos. Profesionales que se mueven en dos mundos aparentemente distintos y que han hecho que el Conocimiento desborde los cauces tradicionales. Una razón más para estar conectados y participar, en primera persona, de la transformación de la realidad. Cambios que serán disruptivos. De los que hablamos, de los que discutimos y muchos de los cuales, no llegamos aún a atisbar.

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