Cuando los parches se convierten en un parche

El pasado 30 de abril, Health Canada publicó en su página web una alerta de seguridad que, con el título Exelon Patch (rivastigmine transdermal patch) Serious Adverse Events Related to Medication Errors/Misuse advertía a todos los profesionales sanitarios que se estaban notificando errores de medicación y mal uso de los parches transdérmicos de rivastigmina (marcas comercializadas en España: Exelon® y Prometax®) algunos de los cuales habían dado como resultado una sobredosis de este fármaco. Casi un mes después, llega a nuestra mesa una carta firmada por el Director del Departamento Médico de Novartis, que es una transcripción de la nota que en su día pudimos leer en la web de Health Canada. En ella se comienza diciendo que «de acuerdo con la Agencia Europea de Medicamentos y la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, Novartis desea recordarle la importancia del uso y aplicación adecuados de rivastigmina en parche transdérmico». Hemos visitado las páginas de la EMEA y AEMPS a ver si tan de acuerdo están y no hay rastro de esta alerta o no hemos sido capaces de encontrarla. Si algún lector la tiene localizada, que nos saque del error y rectificaremos sin ningún problema este post. Pero hasta que ello ocurra, este es un ejemplo más de la ligereza con la que nos tomamos las cuestiones de seguridad del medicamento en España. Por su evidente interés, vamos a extractar lo más importante del contenido de la carta de Novartis, que dice así:

Mensajes clave:

  • Se han notificado errores en la medicación y mal uso de Exelon/Prometax parche transdérmico, algunos de ellos han dado como resultado una sobredosis de rivastigmina. Los síntomas de sobredosificación incluyen náuseas, vómitos, diarrea, hipertensión y alucinaciones.
  • Las causas notificadas más frecuentemente son no retirar el parche y la aplicación de más de un parche al mismo tiempo.
  • Es importante que los profesionales sanitarios informen a los pacientes y a los cuidadores del uso apropiado del parche transdérmico y en particular de lo siguiente:
  1. Debe aplicarse sólo un parche trasnsdérmico al día sobre la piel sana en una de las zonas recomendadas: zona alta o baja de la espalda, parte superior del brazo o pecho.
  2. El parche transdérmico debe sustituirse por un nuevo cada 24 horas, y el parche del día anterior debe retirarse antes  de aplicar un nuevo parche en una zona diferente de la piel.
  3. Debe evitarse repetir la aplicación exactamente en la misma zona de la piel al menos durante 14 días, para minimizar el riesgo de irritación de la piel.
  4. El parche transdérmico no debe cortarse en trozos.

En la segunda página, se amplía esta información y se recuerda a los profesionales el deber de notificar cualquier sospecha de RAM asociada con el uso de estos medicamentos a través del centro de farmacovigilancia autonómico correspondiente o  el Departamento de Farmacovigilancia de Novartis Farmacéutica, S.A.

Comentario: en los últimos años han proliferado en el mercado farmacéutico las presentaciones en forma de parches transdérmicos. El caso que nos ocupa pone de manifiesto que esta vía de administración presenta algunas luces y muchas sombras. Ni que decir tiene que la vía de elección es la oral, mientras esté disponible. Para evitar problemas con la vía transdérmica como los descritos, es necesario conocer a fondo la ficha técnica del producto, dar una información exhaustiva al paciente o sus cuidadores y hacer un seguimiento riguroso del tratamiento. Exactamente igual que con la vía oral. Pero de forma menos fisiológica y a un coste muy superior.

Como decíamos en la introducción, no hemos encontrado la alerta en la web de la EMEA o la AEMPS, donde este tipo de información debería figurar en un banner gigantesco de colores vistosos. Pero tampoco en la web de Novartis.  Si le echamos un vistazo, podremos comprobar con facilidad el idilio que vive esta corporación farmacéutica con alguna que otra sociedad científica, el vasto programa de actividades en relación a determinadas patologías o la preocupación que tienen con la responsabilidad social. Cabe la posibilidad que lo que la información que buscamos requiera registro previo. No lo hemos comprobado. Ni falta que hace, porque debería figurar en un banner gigantesco de colores vistosos. Cuando uno de tus fármacos se relaciona con un problema de seguridad, comunicarlo a pacientes, cuidadores y profesionales no sólo no es un desdoro sino que aumenta la confianza en quien actúa honestamente y con transparencia. Esto es un acto de responsabilidad social. Lo demás son brindis al sol.

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