…celebrado en Granada, concretamente, del 26 al 28 de octubre, en el que los farmacéuticos de atención primaria (FAP) discutieron sobre las cuestiones que atañen a su futuro profesional.
No podíamos dejar escapar la ocasión de hacer una breve reseña al 21 Congreso de la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (SEFAP) del que he tenido el honor y el horror de ser el presidente del comité científico. A todo el que haya pasado un trance similar, no necesito explicarle lo del honor y el horror. A los demás, lo del honor, tampoco. Y lo del horror va en el mismo pack que, por ejemplo, el (mucho) trabajo añadido al rutinario, las lógicas e ilógicas preocupaciones o el omnipresente miedo escénico.
La parte organizativa, liderada por Esther Espínola, ha salido tan redonda que incluso la climatología hizo un inciso en estas fechas para mostrar a los congresistas su cara más amable. De la parte científico-técnica, me gustaría destacar algunos aspectos:
1.- Por primera vez los talleres precongresuales (como siempre, llenos) tuvieron dos apartados dedicados a la modificación de hábitos de vida liderados por Aitor Sánchez (Mi dieta cojea) y Jacobo Vázquez Altuna.
2.- La inauguración y la clausura corrieron a cargo de FAP. La primera, fue magistralmente protagonizada por Carmen Beltrán: una pionera de la Farmacia de Atención Primaria en España. Una gran profesional. Una amiga. Y la clausura corrió a cargo de Ravi Sharma quien sacó de su chistera el futuro de los FAP españoles, que ya es una realidad en Inglaterra.
3.- La mesa dedicada al presente y futuro de la Atención Primaria (AP) fue brillante y enriquecedora. Pero por encima del lustre general no podemos dejar de destacar a Sergio Minué quien le puso números y determinantes al declive (mundial) del primer nivel asistencial. Un declive que menoscaba la calidad asistencial, también de la hospitalaria y que tiene su origen en la miopía política y el cateto deslumbramiento por la tecnología plug & play en detrimento de otras, como el trato humano y la longitudinalidad que se alimentan del tiempo de los profesionales de AP. Lo más valioso que tienen y que podemos ofrecer a los pacientes.
4.- En el análisis DAFO – liderado por Joan Carles March– los FAP hicimos una reflexión conjunta y pública de la que todos deberíamos tomar buena nota. Muchos compañeros temen ser fagocitados por la Farmacia Hospitalaria. Otros sacan pecho por el prestigio de la Farmacia de Atención Primaria y su cercanía a profesionales y pacientes. Todos llevan su parte de razón, porque todos cuentan la feria tal y como les fue. Pero luego hablaremos de esto…
5.- Además de todo lo anterior, en el congreso se planteó como un aula de formación continuada y, además de los 8 talleres y las 3 mesas de comunicaciones, los FAP se han actualizado en 8 temas de interés farmacoterapéutico. Para los que no pudieron asistir -para todos- los contenidos del congreso estarán próximamente disponibles en la web de la SEFAP pues compartir los conocimientos y el trabajo (bien) hecho ha sido una máxima que nos impusimos al diseñar el programa y a la que se han adherido todos los que han participado en cualquiera de las actividades del congreso.
Colofón: tras año y medio de trabajo, la organización de un congreso de este tipo deja un sabor agridulce (siempre se pudo hacer más, siempre se pudo hacer mejor) y, sobre todo, una sensación de nido vacío, aunque no falten proyectos que vengan a rellenar ese hueco físico y mental. Sobre todo después de oír a Ravi Sharma desgranar las actividades de los farmacéuticos clínicos en las consultas de AP.
Mi agradecimiento a todos los que hicieron posible #21SEFAPGR: miembros de comités, ponentes, secretaría técnica, patrocinadores y, por supuesto, los asistentes. Porque un congreso es mucho más que una actividad profesional. Es un encuentro entre personas afines. Entre amigos. Y, sobre todo, mi agradecimiento a las autoridades que nos acompañaron. Las que no pudieron venir, se lo perdieron, aunque estamos dispuestos a ir donde haga falta a contarles que más de 400 FAP de toda España se han reunido para debatir los retos planteados. Retos que pasan por reposicionarse en un entorno hospitalocentrista, con áreas integradas y una nueva especialidad con un nombre tan feo como innecesariamente largo.
El farmacéutico clínico, asistencial, ese modelo que también conocen en Galicia y que tanto recorrido tiene en el resto de España, ha venido para quedarse. Esta es la principal conclusión del 21 Congreso de la SEFAP. Nada será fácil. Nada será imposible. Y se quedará porque es necesario que el farmacéutico se aleje de los gestores, la logística del medicamento y las tareas administrativas para acercarse, cada vez más, a los pacientes, médicos de familia y enfermeros. En este contexto, con el desarrollo de nuevas funciones y en un nuevo marco profesional, es donde puede dar lo mejor de sí y aportar un valor añadido a las organizaciones sanitarias y la Sociedad ante el desafío que continúa suponiendo, 31 años después de la Conferencia de Nairobi, hacer un uso seguro y eficiente de los medicamentos.
Todo un reto personal y profesional. Corporativo. Social. Es el FAP del s.XXI ante el espejo. El FAP 21 ante un nuevo reto profesional.
Un gran CONGRESO, con mayúsculas….y un gran honor (sin horror) el haber podido trabajar con vosotros.
ENHORABUENA.
Olga Ortiz.
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Buen trabajo y buen resultado. Podeis estar satisfechos.
Mi enhorabuena a ambos comités
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Enhorabuena Carlos.
Aunque no he asistido por la ilusión con que describes el resultado seguro que ha sido un gran congreso
Me encanta que hayas contado con Sergio Minué. Soy un admirador suyo. He tenido la oportunidad de verlo en numerosas ocasiones (la última en el congreso de SAMFyC, Huelva de este año), y nunca pasa desapercibido. Su opinión como médico de familia es fundamental para nosotros.
Cuando se cuelgue el contenido en la página web de SEFAP sería interesante que nos lo comunicases.
Un saludo
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