Hoy recomendamos un libro: Lo que dice la ciencia para adelgazar

article-2157313-137AAC1D000005DC-750_634x395El último informe de los Centers for Disease Control and Prevention pone números a la epidemia de diabetes mellitus en los EE. UU. En total, más de 29 millones de norteamericanos son diabéticos (9,3% de la población) de los cuales, más de 8 millones estarían sin diagnosticar. La situación en algunas provincias andaluzas es aún peor, a tenor de lo publicado en el IV Plan Andaluz de Salud (pág 30) y, lo que es más grave, la evolución de los datos de prevalencia es, en general, poco halagüeña. En este blog hemos dedicado muchas entradas a la actualidad farmacoterapéutica de la diabetes, dejando un poco de lado la modificación de hábitos de vida y, en particular, unos hábitos dietéticos saludables.

Los profesionales de atención primaria tenemos una gran responsabilidad (aunque ni de lejos somos los únicos implicados) en el fomento de unos hábitos dietéticos responsables. Pero para ello, debemos desaprender muchas de las cosas que nos enseñaron en las facultades y predicar con el ejemplo. Frente a la multitud de mitos que sostienen recomendaciones tan desafortunadas como «come menos y muévete más» para perder peso, existen suficientes estudios para ir construyendo nuevas recomendaciones basadas en las evidencias actualmente disponibles.

El debate está en la calle y es frecuente leer artículos de divulgación en la prensa norteamericana y en la española. Para iniciarnos en una senda adecuada, hemos seleccionado para ti este interesante libro. Su contenido te puede parecer polémico, discutible… Cierto. Pero da una explicación razonada y razonable de por qué las dietas no funcionan, por qué cada vez hay más obesos y diabéticos, centrándose en las pruebas sobre las que redactar recomendaciones adecuadas. Si tuviéramos que resumir su contenido en una frase sería ésta: come comida. No cosas que parecen comida. Para mucho esta frase sonará excéntrica, un exabrupto o, simplemente, un eslogan barato, aunque en otros países se estén tomando, en este sentido, medidas de tipo coercitivo. Por ello te invitamos a leer el siguiente texto y a reflexionar sobre su contenido.

Quizás tengas que rehacer la lista de la compra la próxima vez que vayas al súper. O quizás vayas hilando un conjunto de recomendaciones que ayuden a tus pacientes a llevar una vida más saludable. Quizás…

«La incorrecta aplicación del principio de conservación de la energía y la ultrasimplificación del cuerpo humano ha llevado a muchos, médicos incluidos, a considerarlo cuando se habla de alimentación, nutrición y obesidad, como un sistema simple en el que entra y sale energía. Dado que esta energía ni se crea ni se destruye, bastaría con reducir la cantidad que entra o aumentar la que pierde para que el balance energético sea negativo y conseguir perder peso. Cualquiera entiende este razonamiento y es el principio fundamental en el que se han basado los profesionales para definir y desarrollar sus protocolos y campañas sanitarias durante mucho tiempo. Es el origen de la famosa frase que toda persona obesa ha escuchado con frecuencia como consejo para adelgazar: “Lo que hay que hacer es comer menos y gastar más”.
Sin embargo, este razonamiento es tan simple y obvio que, médicamente, su utilidad es nula. Evidentemente, si se engorda es porque el balance energético es positivo, pero ¿por qué razón ocurre esto? La argumentación se cierra en un círculo vicioso: Comer mucho o gastar poco es la causa en sí misma. Y los tratamientos se han basado en cambiar esa supuesta causa, con directrices orientadas a comer menos y a aumentar la actividad física. Se han diseñado y prescrito millones de dietas con menos calorías (comer menos), seguramente tantas como estrategias para cambiar los hábitos de las personas obesas, se han aplicado miles de programas de ejercicio (gastar más), y ¿cuál ha sido el resultado? Más obesidad. Ante este resultado, se pueden tomar dos posturas:
Quejarse y culpar a las personas de la falta de resultados o aceptar que el enfoque dominante no funciona y seguir trabajando por buscar una solución. Durante décadas muchos han elegido la primera. (…)»

Lo que dice la ciencia para adelgazar de forma fácil y saludable. Luis Jiménez

11 comentarios

  1. Comenzando a leerlo: sorprendente por sus afirmaciones. Ameno y de entretenida lectura, deseando ir más allá para aprender, definitivamente, lo que tenemos q hacer con nuestros pacientes
    Gracias por la recomendación, Carlos

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  2. Pues lo mirare la verdad, me interesa conocer mas sobre metodos y formas de adelgazar. Yo no soy tan experto como tu carlos. He empezado un proyecto de un blog sobre el producto de la alcachofa de laon y tambien doy pequeños consejos sobre dieta y deporte. Si le pudieras echar un vistazo y ayudarme a que mas gente la vea. Mil gracias amigo.

    http://www.usaralcachofadelaon.com

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    • Aprendiz de todo y maestro de nada…
      Pues nada, que tengas suerte en tu aventura bloguera y, sobre todo,que te sea de utilidad. En temas de nutrición y dietética, sí que vendría bien otra fuente basada en la evidencia, porque de «otro tipo» ya andamos servidos…
      Un saludo.
      CARLOS

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  3. Estimado Carlos Soy Enrique Martín Rioboó Hace tiempo comentamos tu decepción por algunas «guías» o revisiones y opiniones realizadas por semFYC (yo también he sido crítica con algunas como ya dijimos específicamente en el tema de lípidos). Acabamos de publicar las recomendaciones del PAPPS 2014 y entre ellas las de prevención CV en las que he tenido el placer de participar. Te envío el enlace por si te sirven para «reconciliarte» con semFYC

    http://www.elsevier.es/ap/papps2014

    Un cordial saludo

    Enrique

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    • Muchas gracias por tu aportación, Enrique. No te quepa la menor duda de que le echaré un vistazo con todo el cariño del mundo. Y a ver si a la vuelta de vacaciones la cosa cuadra y le dedico un post de «reconciliación». Es mi deseo…
      Un cordial saludo.
      CARLOS

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  4. […] A horas del comienzo de la traca navideña, cuando los días trampa comienzan, Richard Smith ha dejado caer en el BMJ un artículo que, con el provocador título de Are some diets “mass murder”? y un demoledor subtítulo From low fat to Atkins and beyond, diets that are based on poor nutrition science are a type of global, uncontrolled experiment that may lead to bad outcomes nos alerta, ahora que entramos en campaña, sobre la dificultad que tiene sustentar las distintas propuestas dietéticas en una sólida evidencia, lo que ha permitido que se establezcan como verdades absolutas una serie de mitos, hipótesis, posiblemente interesados -como la de la presunta maldad de las grasas- que, por fin, comienzan a tambalearse. […]

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