Este fin de semana no teníamos previsto escribir. Pero hemos visto un par de cosas interesantes (en realidad, muchas más) que nos han animado, aunque no somos médicos, a hacer nuestra primera prescripción electrónica: deja de arañarle horas al reloj y duerme las horas que necesitas. Descansa. Relaja tu mente y déjate llevar. Es muy importante para tu salud. En relación a este tema, en el European Heart Journal se acaba de publicar una revisión sistemática y meta-análisis con tres conclusiones realmente interesantes. Abre bien los ojos…
En primer lugar, actualmente, no hay evidencia de que dormir entre 6-8 h cada noche se asocie con un perjuicio en términos de salud o tenga consecuencias negativas a largo plazo. Por otra parte, ser un camastrón, o sea, dormir habitualmente más de 9 horas puede ser síntoma de que hay algo que no funciona bien, es decir, puede haber alguna patología latente, con una intensidad subclínica o sin diagnosticar. Y en último lugar, dormir menos de 5 horas cada noche nos cataloga como personas con un elevado riesgo de sufrir una enfermedad de origen cardiovascular (RR: 1,15 para los ACV; IC95% 1,00-1,31; p=0,047) o de morir por esta causa (RR: 1,48; IC95% 1,22-1,80; p<0,0001).
Para aquellos escépticos con la posibilidad de morir de sueño, en nuestro TED semanal, nada menos que Arianna Huffington, cofundadora de uno de nuestros diarios on line favoritos, nos revela el poder de una noche de sueño reparador. Y nos insta a que, en lugar de jactarnos de lo poco que dormimos, cerremos los ojos y veamos el panorama general: durmiendo más podemos aumentar la productividad, la felicidad y tomar decisiones más inteligentes. Consúltalo con la almohada y felices sueños…