Contra la micromedicalización

fine-art-finger-paintings-by-iris-scott-6-598x598.jpgHace unos días Enrique Gavilán dejaba esta perla en Twitter:
CapturaEn un papelito, sin nombre, sin fecha, sin sello, sin nada, el oftalmólogo –presuntamente- informaba al médico de familia que su paciente iba a ser intervenido y le recordaba que debía prescribirle algún tranquilizante para la noche anterior de la intervención y la mañana de la misma.

Creemos que es difícil cometer más despropósitos en menos tiempo. Vamos a relacionarlos:

1.- Si el oftalmólogo creía imprescindible prescribir un tranquilizante, debía haberlo prescrito él mismo y no encargárselo al médico de familia. Además de la evidente falta de respeto hacia el profesional de atención primaria, no queremos pasar por alto que obligó al paciente a acudir a dos actos médicos para obtener una cosa misma cosa: la prescripción.

2.- Si el oftalmólogo creía imprescindible prescribir un tranquilizante al paciente y no pudo hacer la prescripción (en ese momento no había luz en el hospital, el sistema estaba caído o cualquier otra desgracia) debía haber utilizado un soporte más adecuado en el que figuraran, como mínimo, sus datos identificativos y los de su servicio, además de los del paciente. A este paso, corremos el riesgo de acabar viendo prescripciones realizadas en las servilletas de la cafetería del hospital de turno.

3.- Si el oftalmólogo creía imprescindible prescribir un tranquilizante al paciente y no pudo hacer la prescripción, debería además haber identificado en el soporte adecuado y de la forma anteriormente referida qué medicamento recomendaba, la dosis, vía de administración y la duración del tratamiento. Dar varias marcas comerciales a elegir (bic naranja escribe fino, bic cristal escribe normal...) sin más indicación, constituye una banalización de la prescripción de medicamentos que puede estar en la raíz de muchos de los problemas que éstos producen a diario.

4.- Sin conocer al paciente, sin conocer el caso, podríamos discutir si, grosso modo, es necesario dar un ansiolítico (vulgo, tranquilizante) para tratar la ansiedad y el miedo asociados a una intervención quirúrgica. Esta cuestión es más relevante aún que todo lo anterior, pues supone una micromedicalización de la vida cotidiana. Esto es, uno de esos miles de gestos con los que le enseñamos a los pacientes a diario que para todo hay un medicamento que nos saca las castañas del fuego, que hace el trabajo sucio por nosotros. Nada de convivir con nuestras emociones, normalizar el miedo. Menos aún de dar pautas para controlarlas. No. Un par de comprimidos de lo que sea y a correr. Que para eso están. Y que se los prescriba su médico de familia. Que para eso está también. De los principios para una prescripción prudente, que tan cercanos le son a Gavilán, ya si acaso, hablamos otro día.

Colofón Hace un par de años el BolCan publicó esta revisión sobre el uso adecuado de las benzodiacepinas que intenta orientar el uso juicioso y responsable de unos medicamentos cuyo uso no para de aumentar en España y cuyo abuso se asocia a multitud de efectos adversos que tan bien conoces y cuya repetición te vamos a ahorrar. Este documento, está en la antípodas del uso banal del ejemplo de hoy. Un ejemplo -de los miles que tienen lugar a diario- en el que se constata la micromedicalización de la vida cotidiana y el papel gregario que asume la atención primaria. Un gesto cuya normalización está en la raíz del grave problema de medicalización que sufre nuestra Sociedad y del que los profesionales sanitarios somos, al menos en parte, responsables.

Dicen que fue Thomas Jefferson quien dijo que Dios nos libre de pasar 20 años sin una rebelión. Más de 20 años llevamos observando episodios de este tipo que, como la lluvia fina, nos calan lentamente. Nos entontecen, nos inhabilitan y para colmo de males, perjudican a nuestros pacientes. Hoy ha llegado el día de rebelarse y sacudirse, como el perro tras el baño, el agua acumulada…

29 comentarios

  1. Hola a todos

    No hace mucho en un hospital del Sescam, una neurocirujana prescribió teriparatida a una paciente. Lo único que le entregó al paciente fue el folleto publicitario de Forsteo para que se lo llevara al médico de familia. En este caso el médico de familia protestó y la Dirección la llamó al orden para que por lo menos hiciera la primera receta.

    Saludos

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  2. En todos lados cuecen habas…..en mi zona igual, pero además con el tema del «ALTA DIFERIDA»…piden pruebas al paciente (muchas de las que no nos dejan pedir nosotros) y nos lo remiten para que lo valoremos y digamos lo que hacer…..vamos, que su piedra nunca está en su tejado…..lo que bien dices….hay que sacudirse a diario…………

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  3. Estoy seguro de que hay formas más respetuosas e igualmente eficaces de criticar la forma de actuar de un médico. No se trata de corporativismo por mi parte; se trataría simplemente de educación y de humildad por parte de quien critica. Saludos.

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    • Se trata de ponerse en el lugar del médico receptor de tan nefasta orden. Y del respeto al médico de familia y al propio paciente cuya seguridad queda al descubierto con estas acciones

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      • Resulta cansino que haya profesionales, médicos y no médicos, empeñados en meter cizaña entre la Primaria y la Hospitalaria, en esa especie de irredentismo de la Primaria, que no creemos que -más allá de mitos de «gerentes demediados»- esté en general peor tratada que la Hospitalaria, que está bastante mal. Esa cizaña crea unas divisiones y reticencias entre nosotros que solo benefician a la administración, encantada con ese enfrentamiento.

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    • Seguro que hay formas más respetuosas, eficaces y, además, mejor expresadas. Pero como (casi) siempre, Pepe, te quedas mirando al dedo que señala a la luna.

      Un saludo y gracias por comentar.

      CARLOS

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  4. Es lo que faltaba.No les basta a los farmacéuticos hacer intrusismo a diario, diagnosticando detrás del mostrador,prescribiendo,cambiando la medicación y criticando la actuación del medico.
    Zapatero a tus zapatos y si no, vengarse usted por un módico salario que seguro es diez veces menor que el suyo a las trincheras de las consultas.

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  5. Lo que nos faltaba.No contentos con el intrusismo que padecemos a diario los médicos de atención primaria,donde no sólo es el farmacéutico sino tambien los ayudantes de farmacia, el que osa a diagnosticar y prescribir y a cambiar los tratamientos (eso sí, sin papelito de por medio),detrás de un mostrador.Esto nos lo cuentan a diario los pacientes.
    Señores farmacéuticos, hagan el favor de no defendernos que para esto ya nos valemos solos.
    Y un consejo.Si quieren conocer de verdad nuestra profesión y hablar de ella tan alegremente,les cambiamos el puesto unos días.Seguro que el bajar a trinchera les quita la gana de pontificar.

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  6. La próxima vez que me encuentre con intrusismo por parte de farmacéuticos os voy a llamar la atención … pero en directo … es el colmo señores !!! Menudo corporativismo …

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  7. Por cierto que dar la negativa a un «visado» en en papelillos, sin motivación, sin firma y sin identificación ha sido prácticamente corriente entre farmacéuticos visadores. Espero que eso haya sido ya corregido.

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      • Carlos, es eso una insidia? De ocioso nada, vente a echar una mañana conmigo, y verás. No tengo yo una oficina, como otros, tengo pacientes de verdad, así que las labores de oficina las hago por la tardes, en mi casa. Yo no juego a ser médico, soy médico. No te esperaba capaz de recurrir a ese «argumento», pero lo haces. Te veo mal, si me permites que te lo diga. No es bueno no poder hacer lo que a uno le gustaría hacer, verdad? Eso envenena :-)

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          • Vaya salida… Por eso me puedes acusar de «ocioso» impunemente? Es que a ti no te lee nadie? Te parece «patético» que te llame insidioso?

            Como sabrás, en algunos restaurantes al cambiar de plato te ponen un sorbete, o si no, das un trago de agua, o de lo que estés bebiendo, para preparar el paladar para el siguiente.

            Si fueras médico sabrías que a veces es bueno hacer algo parecido entre paciente y paciente, y para despejar la mente entre uno y otro, en ocasiones muy complejos, puedo echar un vistazo a tu blog, mirar las redes, leer un artículo que tenga entre manos, o algo así.

            Te parece eso «ocio»? Son unos minutos bien empleados -bueno, en lo de leer tu blog no estoy tan seguro ;-) -, que al final de la mañana puede suponer terminar la consulta 15 o 20 minutos más tarde, o sea, en lugar de a las dos y media, a las tres menos diez.

            Soy menos patético ahora? Espero tu indulgencia. Esta es tu casa, así que te dejo que digas la última palabra. Buenas tardes.

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  8. Por Dios, que poco rigor!
    Ese papel es obvio que no fué entregado así a ningún usuario. Es el típico protocolo que se entrega al poner un paciente en lista de espera quirúrgica, y habrá sido cogido de la mesa o el cajón de un especialista.
    No me gusta el redactado del papelito, en eso estamos de acuerdo, pero en el momento en que fuera entregado al paciente, el médico pondría fecha, firma y sello con número de colegiado.

    Porqué el especialista de hospital no prescribe él mismo el medicamento?
    Primero, porqué la prescripción de la medicación de soporte la debe hacer el Médico de Família, que es quien mejor conoce las necesidades y las comorbilidades del paciente.
    Pero segundo y más importante, porqué se trata de una receta para un paciente que va a lista de espera. Si el especialista le diera la receta oficial esta habría caducado en el momento en que el paciente quisiera retirar el fármaco uno o dos dias antes de ser intervenido.

    Esto no debe hacerse así, es mejor una visita informativa pocos dias antes de la intervención -que puede hacer un/a DUI- donde se le explique al paciente el protocolo de ingreso y se le facilite la medicación preoperatoria.
    Pero me niego a creer que a alguien le dieran el papel así en blanco.

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    • Hola DrMax:

      El papel fue entregado, así, en blanco, a su médico de familia. Y éste fue quien lo tuiteó. Imagino que no será el proceder habitual de muchos. Pero está claro que hay que erradicar estas prácticas aunque sólo sea en aras de la seguridad del paciente.
      Lo de que la «medicación de soporte» la debe hacer el médico de familia creo que es tu opinión. A diario los especialistas hospitalarios recetan todo aquello que les parece adecuado a los pacientes. A veces, incluso, en contra de su médico de familia, que es quien mejor conoce las necesidades y comorbilidades del paciente.
      En cuanto a los tiempos, no es la primera vez que el médico de hospital prescribe algo a meses vista que el paciente saca de la farmacia y guarda en su casa. Por ejemplo, para alguna prueba diagnóstica. O sea, tampoco me parece justificable. Pero vamos, el título del post se refiere a la medicalización de algo tan humano como el miedo a una intervención quirúrgica. Y normalizar esta práctica es lo que a mí, personalmente, no me parece normal.

      Un saludo.

      CARLOS

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  9. He leido el comentario y las aportaciones posteriores y, sinceramente, creo que no hay caso. Por mucho que se pueda tergiversar la realidad, salvo contadas excepciones, la relación entre médicos de AP y médicos especialistas es muy buena. No se a quien puede interesar alentar supuestos enfrentamientos inexistentes.

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    • Hola Pedro:

      Estoy de acuerdo contigo: el caso aquí comentado es la excepción y no la norma, lo cual no implica que haya que silenciar situaciones así. No obstante, la «micromedicalización» era el fondo de la cuestión y no cualquier otra.

      Un saludo.

      CARLOS

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    • Hola Frederic:

      El blog no tiene patrocinio ninguno, como podrás leer en el apartado de autoría. Los anuncios que ves son de WordPress y es el peaje a pagar por usar la versión gratuita de la plataforma.

      Gracias por tu comentario. Un saludo.

      CARLOS

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