Incluso cuando un nuevo fármaco es aparentemente seguro o efectivo la experiencia de uso es, generalmente, limitada; no ha pasado el tiempo suficiente y/o muy pocos pacientes han sido expuestos a su efecto para identificar las reacciones adversas menos frecuentes o aquéllas que aparecen a largo plazo. Los genéricos, por llevar más tiempo en el mercado, son por lo general más seguros debido a su larga trayectoria. Algunos han apelado a la regla de los 7 años (esperar 7 años antes de utilizar un nuevo fármaco) basándose en datos que demuestran que, a menudo, son necesarios de 5 a 10 años para conocer con detalle el perfil de seguridad de un fármaco.
Juan Erviti López* para Iniciativa por una Prescripción Prudente
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Este es uno de los buenos principios de la prescripción prudente, en la línea de «no ser el primero en prescribir un medicamento nuevo, ni ser el último en prescribir un medicamento desaconsejado».
Cada vez paso más tiempo en las clases de pregrado haciendo hincapié sobre la idea de la incertidumbre que rodea las novedades y el hecho de el sistema transfiere cada vez más a los profesionales y a la sociedad, la responsabilidad de ir construyendo el conocimiento real de los efectos los fármacos.
Es como si en una exposición, en lugar de tallas de madera bien acabadas, sólo pusieran las imperfectas pruebas de artista que hace el escultor para ir definiendo su obra.
Buen post!
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[…] incluidos en los ensayos clínicos de referencia) huyendo de un uso generalizado. Esta cuestión, como nos advertían los Principios de la prescripción prudente, no tiene nada que ver con la eficiencia o la […]
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