Algunas veces hemos citado en este blog a NHS Choices, página web del Department of Health británico cuyo objetivo es proporcionar información sanitaria con fines educativos a gestores, profesionales sanitarios y, sobre todo, a los más de 52 millones de ciudadanos ingleses. Su relevancia es tal que, según sus responsables, actualmente es la página de contenido sanitario más visitada en Europa. Pues bien, NHS Choices ha publicado un informe especial titulado Supplements. Who need them? que aborda el proceloso mundo de los suplementos dietéticos. ¿Quién no toma o ha tomado algún producto para conservar o mejorar su salud? ¿es útil la vitamina C para prevenir infecciones? ¿es realmente eficaz el Ginseng para frenar el envejecimiento? ¿necesitan los deportistas tomar suplementos proteicos? ¿y qué hay de los publicitados omega-3? ¿son estos productos innecesarios? ¿son perjudiciales? Vamos a darle un somero repaso a su contenido que está in English, of course. Si alguien dispone de un documento similar en nuestra querida lengua o sabe de alguna iniciativa parecida de nuestras queridas autoridades sanitarias, que hable ahora o… Tenemos mucho interés en conocerlo. El de los British, dice así…
1.- Los suplementos dietéticos o nutricionales son cualquier producto que se consume para complementar la dieta, proporcionando nutrientes que se han perdido durante el proceso de elaboración de los alimentos o no se están tomando en cantidades suficientes.
2.- En el informe, se hace referencia a las vitaminas, productos para adelgazar, suplementos para evitar los resfriados (vitamina C, Zinc, equinácea) los habitualmente utilizados por los ancianos (Ginkgo biloba, Ginseng, glucosamina) aceites de pescado (para niños y adultos) y productos utilizados en culturismo (suplementos proteicos).
3.- Estos productos, de venta en oficinas de farmacia, supermercados, establecimientos dietéticos e Internet, forman un mercado creciente que solo en el Reino Unido mueve más de 674 M de libras. En 2.008, casi un tercio de los británicos tomó algún suplemento dietético, fundamentalmente mujeres, ancianos y -muy importante- niños.
4.- Necesitamos 13 vitaminas para vivir (A, C, D, E, K y las 8 del grupo B). Aunque el Department of Health recomienda los suplementos dietéticos en determinados grupos de riesgo, la mayoría de las personas pueden obtener las dosis necesarias en una dieta variada y equilibrada. Además, una pequeña cantidad de vitamina D se sintetiza en la piel por efecto de la luz solar.
5.- La evidencia actual no ha demostrado que los suplementos de vitaminas y antioxidantes disminuyan la mortalidad en personas sanas. Los resultados con vitamina A, E y betacarotenos, sugieren todo lo contrario. En general, las vitaminas liposolubles (A, D, E y K) se acumulan en tejido graso e hígado, por lo que una ingesta excesiva puede dar lugar a problemas de salud graves.
6.- Existen multitud de productos para adelgazar. Muchos de ellos, con poca evidencia sobre su eficacia y algunos con efectos adversos graves (ver tabla 1). Con todo, lo peor es comprar productos de procedencia desconocida, fuera de los canales controlados por las autoridades sanitarias: podemos perder el dinero y poner en riesgo nuestra salud.
7.- Entre los productos para prevenir los resfriados, la estrella es la vitamina C, respaldada por una frágil evidencia que solo encuentra eficacia en personas sometidas a un gran estrés físico (por ejemplo, corredores de maratones). Además, debe tenerse en cuenta que hay grupos de pacientes, como los diabéticos, en los que puede tener efectos indeseables. Al zinc ya nos referimos en una entrada anterior, pues su uso se basa en estudios de baja calidad metodológica cuyas conclusiones no permiten formular recomendaciones claras. Por si fuera poco, este producto tampoco está exento de reacciones adversas. Y exactamente lo mismo podría decirse para la equinácea.
8.- Tampoco tenemos evidencia que permita recomendar el uso de Ginkgo biloba, Ginseng o glucosamina en ancianos. Respecto a ésta, el NICE no recomienda su uso en artrosis por no haber acreditado su eficacia, sino solo una ligera actividad analgésica.
9.- Los ácidos grasos omega-3 son nutrientes esenciales, no sintetizados por nuestro organismo y que se encuentran en alimentos como el atún o la caballa. Actualmente no se recomiendan en la prevención primaria cardiovascular. En la secundaria, no obstante, podrían ser de utilidad administrados como suplemento. Tampoco hay evidencia de su utilidad en niños o en ancianos para potenciar la capacidad cerebral o aumentar la memoria. Además, no están exentos de riesgos (mujeres embarazadas) ni interacciones (antihipertensivos).
10.- Actualmente no hay una evidencia de calidad que apoye el uso de suplementos proteicos para ganar masa muscular. La dosis diaria de proteína recomendada es de unos 55 g en varones y 45 g en mujeres, cantidades que se consiguen con una dieta normal. Un exceso puede producir problemas graves a corto plazo (diarreas) y a largo (osteoporosis, alteraciones renales). Los suplementos proteicos no deben administrarse a menores de 18 años ni mujeres embarazadas. En algunos productos se han encontrado trazas de metales pesados (plomo, cadmio, arsénico) o anabolizantes (añadidos de forma ilegal).
Comentario: resumir un documento tan extenso -escrito con un lenguaje claro y directo, asequible a profesionales sanitarios y al público general- en poco más de 600 palabras es harto difícil. Por ello, conscientes de que nos hemos dejado en el tintero lo mejor de su contenido, con esta entrada solo pretendemos despertar tu curiosidad para que tengas el original a mano.
En una Sociedad como la nuestra, alérgica a cualquier esfuerzo, resulta tentador disponer de remedios para combatir la obesidad, el envejecimiento, prevenir las infecciones o ponernos mazos a golpe de pirula. En este contexto, el informe pone blanco sobre negro: la mayoría de los productos milagrosos no tienen el respaldo de estudios con una mínima calidad metodológica. Y no están libres de reacciones adversas -a veces, graves- contraindicaciones o interacciones. Muchas veces podemos estar tentados de recomendarlos apoyados en la falsa creencia de que lo que no mata engorda. Es decir, nuestra fe en su eficacia tiende a cero, pero confiamos en su inocuidad y en que el efecto placebo mueve montañas. Desde esta perspectiva, el informe nos obliga a un esfuerzo de honestidad para acabar -dentro de nuestras posibilidades- con la cultura de la poción mágica, que nos permite mejorar la salud, sin poner nada de nuestra parte, a pesar de los excesos, una dieta suicida o el sedentarismo. Como se suele escuchar en los gimnasios, no pain-no gain… o lo que es lo mismo, sin esfuerzo no hay resultados.
A los que no se den por aludidos, dos recomendaciones: en primer lugar, que se abstengan de consumir los productos milagro de origen desconocido que se venden de estrangis en algunos establecimientos o en la Red, ya que corremos el riesgo de poner nuestra salud en manos de desaprensivos. La segunda es un recordatorio de nuestro refranero: al médico, confesor y letrado… hablarle claro. Que no se nos olvide mencionar en la consulta las otras cosillas que tomamos para mejorar nuestra salud. Puede que no tenga importancia ninguna. O puede que sí…
Muy buen material informativo. Quisiera hacer un aporte al respecto del tema con un artículo que en su momento publicó el Cleveland Clinic. http://www.ccjm.org/content/77/10/656.full.pdf+html?sid=a18c169b-9966-480e-bd27-0079b54187fb
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Gracias Hugo por tu aportación.
Un saludo.
CARLOS
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«There are well-established guidelines for the use of supplements in pregnant and lactating women, infants, and individuals with a wide variety of health conditions.» Dice el primer párafo del material informativo de el Cliveland Clinic.
Un libro de texto de nutrición que se usa en varias universidades de EEUU dice que la gente que limita sus calorías para adelgazar se puede beneficiar del uso de los suplementos.*
«La mayoría de las personas pueden obtener las dosis necesarias en una dieta variada y equilibrada» y «La evidencia actual no ha demostrado que los suplementos de vitaminas y antioxidantes disminuyan la mortalidad en personas sanas»
La pirámide alimenticia de Harvard Medical School también recomienda el uso de suplementos «for most». Y ellos dicen haberse basado en estudios científicos («Use a food pyramid that’s actually based on the latest and best science») – casi contradice la recomendación de los científicos Ingleses.
Los invito a leer un artículo que habla de la necesidad de la suplementación. El artículo está en tres partes (las segunda es de los errores que se cometen al escoger un suplemento y la tercera es un guía para efectivamente escoger los suplementos ideales). Uso referencias científicas en el artículo y algunas de esas referencias son a estudios realizados en EEUU, Canadá y el Reino Unido en los cuales se ha encontró que el valor nutricional de los alimentos a disminuido significativamente. Muchas de las recomendaciones alimenticias de hoy se basan, no en las actuales cantidades de nutrientes que existen en los alimentos, sino en las cantidades que se registraron hace más de medio siglo.
* Whitney. «Understanding Nutrition», 12e. pg 286. 2011 Wadsworth, Cengage Learning
Saludos.. excelente artículo. He agregado el RSS a mi lector.
Kevin :: Glicoentrenador
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