La blablateca de las oportunidades

Ayer aprovechamos el rato del café para entablar una jugosa discusión sobre el alcance del mundo 2.0. Mi interlocutor defendía la tesis de que la presencia de profesionales sanitarios en Twitter, Facebook o la blogosfera es residual, minoritaria. Y el impacto real sobre la práctica clínica, mínimo, si no nulo. Sin duda, una postura escéptica, pero mantenida no solo por muchos compañeros, sino por no pocos gestores que ven en la Web 2.0 una moda en la que los más tecnófilos, han encontrado un filón y una vía de escape personal o profesional. Por supuesto, que desde esta perspectiva, no están dispuestos a mover un dedo para difundir las herramientas entre el personal a su cargo. Y así, no resulta extraño que los médicos no tengan acceso a Internet en la consulta o que donde trabajamos actualmente, esté bloqueado el acceso a algunas redes sociales o determinadas web por una decisión cuya legalidad cuestionamos. Y no digamos su oportunidad…

Realmente, Internet es un nuevo medio de comunicación y, en los últimos 5 años, ha pasado de ser un gigantesco escaparate, en el que unos pocos incluian contenidos y muchos, pasivamente, accedían a la información a una gigantesca conversación entre las personas que están conectadas. En Más allá de Google, libro de acceso gratuito cuya lectura recomendamos, su autor, Jorge Juan Fernández sostiene que Internet ha pasado de ser la gran biblioteca a ser la gran conversación, de tal forma que actualmente, el 80% del contenido que existe en la web ha sido generado por los propios internautas. Esta afirmación es respaldada por cifras mareantes sobre los millones de cosas que actualmente compartimos.

Pero hay algo más importante: las personas (los profesionales) con intereses similares, se buscan en Internet y crean microrredes interconectadas entre sí. ¿Qué tenemos en común con un cirujano, una periodista, una dermatóloga y un economista? Nuestro interés común por el mundo sanitario. A partir de ahí, del contacto habitual con personas que muchas veces no conoces físicamente, a las cuales es posible que nunca conozcas y muchas de las cuales sabes que si las conocieras, surgiría la chispa de la amistad, comienza el intercambio, la gran conversación en una inmensa blablateca.

Obviando los aspectos personales que todos incluimos en nuestros tuits, blogs o muros de Facebook -al fin y al cabo, detrás del teclado siempre hay una persona- y que tan criticados son por muchos, la gran conversación permite intercambiar información, ideas, experiencias y lo más relevante: acceder al enorme talento de muchas personas a través de la ingente cantidad de proyectos de colaboración existentes.

Enlazamos el final de esta reflexión con el principio ¿cuál es el impacto real de todo esto en la práctica clínica diaria? No lo sabemos. Es más, no sabemos si alguien lo sabe. Tampoco conocemos el impacto en la misma de la receta electrónica o las áreas de gestión sanitaria. Pero esto no invalida, per se, estas iniciativas. Sin duda, estamos inmersos en una revolución que está cambiando nuestras forma de vivir a pasos agigantados. Por supuesto que fuera de la Red, hay vida. Y lo mismo que existen personas sin teléfono, televisión o electricidad, hay y habrá personas (y profesionales) que no puedan/quieran acceder a Internet.

Lo que sí tenemos claro es que Internet es un zoco de oportunidades donde de forma gratuita o por muy poco dinero, fluye el conocimiento como nunca antes había ocurrido en la Historia de la Humanidad. En términos profesionales, dichas oportunidades se traducen, para los trabajadores del conocimiento -nosotros- en formación, colaboración y múltiples vías de acceso a personas, instituciones, ideas y experiencias. Oportunidades que tendremos que aprender a aprovechar para innovar, crear y seguir avanzando y cuyo impacto en la práctica clínica real no tardaremos en apreciar. De momento, en la avanzadilla estamos -con tu gratificante compañía- una inmensa minoría. Pero que nadie se inquiete, siempre ha sido así. No en vano América fue descubierta por un puñado de aventureros. Los demás, llegaron más tarde. Y aún hoy, somos muchos los que tenemos que conformarnos por admirar su belleza por la tele. O por la Red, claro.

17 comentarios

  1. Con lo que has escrito, habrá que cambiar el dicho de «verdades como puños» por el de «verdades como montañas» y que no esté en la pomada tendrá urticaria jajaja.
    Abrazos desde Málaga.
    Iñaki.

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  2. Totalmente de acuerdo. Internet es un caldo de cultivo perfecto para avanzar en nuestras respectivas profesiones, un lugar de intercambio, divulgación y debate. Esperemos que nuestros «gestores» acaben abriendo los ojos.

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    • Gracias por el comentario, Fede. Pues sí es elevado. Pero vamos, si supieras las cosas que tuve oír cuando, de residente, compré mi primer móvil… Y ahora algunos llevan 3 en el bolsillo.
      CARLOS

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  3. ¿Qué tenemos en común? Se me ocurren muchas cosas… Trabajamos en el mismo campo, día a día se nos plantean los mismos problemas desde distintos puntos de vista, nos mueven los mismos deseos de ayudar…
    Se me ocurre también otra pregunta ¿hasta ahora existía algo parecido? ¿alguna otra forma de coordinarnos, comunicarnos…? Yo no imagino cómo

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    • Y el gusto por la lectura, por escribir, por el dospuntocerismo. Y la curiosidad innata y…
      Y no, no había nada ni remotamente parecido. En fin, es una suerte poder disfrutar tanto de algo que aún desprecian algunos y otros tanto temen…
      CARLOS

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  4. Siempre habrá problemas. Seguro que habrá peleas, envidias, suplantaciones, mentiras…pero eso no es debido a la herramienta. Es debido a que somos seres humanos. Pero es parte de la grandeza. Enhorabuena!

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  5. Magnífica reflexión!
    Realmente el impacto de la web 2.0 en la práctica clínica, habrá que verlo en 2-3 años.
    Sí que es cierto, que leyendo vuestras inquietudes, vuestras revisiones, y comentarios de participantes en la blogosfera sanitaria me enriquezco más, que si tuviera que buscar información de forma solitaria.
    El querer actualizar mi blog, me hace reflexionar y formarme sobre un determinado tema.
    Y al menos en mí como persona sí tiene impacto.
    Un abrazo.

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    • Hola, Óscar:
      Gracias por tu comentario. A nivel individual el impacto es muy grande si uno se hace con algunas herramientas y las aplica a su formación (profesional o no). Otra cosa es qué pasara a nivel «macro» y cómo lo vamos a medir. Pero vamos, Internet vino para quedarse. Eso creo que no tiene vuelta de hoja…
      Un abrazo.
      CARLOS

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  6. Hola: Me encantó el post. En todo de acuerdo. Desde que escribo en mi blog he aprendido como hacia años no me pasaba. Internet será una gran escuela en pocos años, de eso estoy cada día mas convencido.
    Un abrazo desde Argentina.

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    • Gracias, Hugo. En algún sitio he leído que Internet no estará en las escuelas, sino que Internet será la escuela… y para eso no hace falta que pasen X años. Es una realidad ya e incluso hablan de The YouTube University. Y de la TED University…
      Un abrazo desde Sevilla.
      CARLOS

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  7. Felicidades por lo que expones en tu Blablateca. Como los contenidos los dejáis al aire, también los pacientes andamos creciendo y aprendiendo de vosotros. Y hoy, que por eso de cubrir objetivos, a los pacientes que nos movemos se nos deja participar metiendo nuestras narices no versadas en el que hasta ahora era vuestro mundo, conseguimos llevar vuestros contenidos 2.0 a las propias reuniones con los gestores sanitarios. En vuestro micromundo laboral, tan estratificado, muchas veces opinar, como bien dices, Carlos, supone enfrentarse a caminar sobre un hilo como un equilibrista. Nosotros, los pacientes, tenemos que aprovechar el momento, y ya que aún se nos respeta (aunque sea por eso del cobro) andamos poniendo sobre la mesa una y otra vez la impotancia de internet no sólo como un eje de comunicación útil, sino como una herramienta de ahorro. El cambio ya está. Queda seguir trabajando.

    Seguid, por favor. Gracias.
    Bea.

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    • Hola, Bea:
      Al escribir siempre tengo a los pacientes en mente pues, aunque el blog no va dirigido específicamente a ellos, sé que algunos pasáis de vez en cuando por aquí, como he podido comprobar en los comentarios. Como has visto, estamos en un entorno cambiante, algo revuelto y que no sabemos a ciencia cierta dónde nos llevará. Lo que tengo claro es que esto no tiene vuelta atrás (no volveremos a la revista de papel, el libro, la diapositiva…) y que la colaboración y la difusión del conocimiento científico, de los avances, de sus beneficios y sus riesgos, saldrá necesariamente algo mejor que lo que hemos conocido hasta ahora. De momento, eso… toca seguir trabajando.
      Un saludo y gracias por tu comentario.
      CARLOS

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