(Dtsch Arztebl Int) Desempleo, apoyo social y problemas de salud

Hace unos días conocíamos los desoladores datos del paro en España, donde actualmente hay 1.328.000 hogares con todos sus miembros desempleados. Quien ha pasado por esta situación, sabe lo que es sentirse fuera del sistema y lo delgada que es la línea que separa disfrutar de un cierto bienestar y la exclusión social. Desgraciadamente, atrás quedaron para muchos los puentes, la ropa cara, los coches alemanes y las vacaciones en el extranjero. Ni rastro del famoso gimme two. Con los comedores sociales a rebosar y a la vista de dramas personales que podemos seguir en la Red, es difícil no indignarse con una situación en la que, finalmente, siempre ganarán o perderán, los mismos.

Los profesionales de atención primaria, somos testigos privilegiados de la situación actual. Por las consultas pasan a diario muchas de las personas que han perdido esta mano. Desde una óptica exclusivamente clínica ¿qué impacto tiene el desempleo en la salud de las personas? Para responder a esta interesante cuestión, se ha publicado en Deutsches Ärzteblatt International un estudio titulado Unemployment, Social Support and Health Problems: Results of the GEDA Study in Germany, 2009. Veamos cuáles son sus resultados y qué implicaciones tienen en nuestro trabajo diario…

Metodología: este artículo hace públicos los resultados del estudio GEDA (Salud Actual en Alemania) informe realizado entre julio de 2008 y junio de 2.009 por el Robert Koch Institute, agencia gubernamental de Salud Pública alemana, en el que participaron 12.022 personas con una edad comprendida entre 30-59 años que fueron entrevistadas telefónicamente. Como variables dependientes se utilizaron 3 indicadores de calidad de vida relacionados con la salud: el número de días en el último mes con quejas de tipo físico, problemas mentales (estrés, depresión, humor general) y limitaciones funcionales que afectan a las actividades cotidianas (autocuidado, trabajo, ocio).

Resultados: el número de días con quejas de tipo físico y funcional se incrementa con la edad tanto en varones como en mujeres, aunque el incremento es menor en  las quejas de tipo emocional. La media es de 6,6 días en los últimos 30 días para los primeros y de 8,6 días para ellas. La encuesta revela que las personas con trabajo se quejan menos que el grupo poblacional equivalente desempleado, siendo las diferencias más importantes en mujeres que en hombres. Las diferencias fueron particularmente importantes en el número de días con alteraciones funcionales que presentaron los varones (diferencia entre empleados y desempleados de 2,8 días) y en las quejas de tipo emocional en las mujeres (diferencia entre empleadas y desempleadas de 4,2 días).

Conclusión de los autores: los médicos deben ser conscientes de los efectos perniciosos del desempleo sobre la salud y deben animar a los pacientes parados a participar en redes sociales ya que el apoyo social puede tener efectos saludables.

Fuente de financiación: no se cita. Los autores declararon no tener conflicto de intereses de acuerdo con las recomendaciones del ICMJE.

Comentario: el estudio de hoy es particularmente interesante en el contexto socioeconómico de nuestro país, con cerca de 5 millones de desempleados. Muchos de ellos ven cómo la incertidumbre económica, las cargas familiares o los compromisos económicos contraídos los arrastra hasta un estado de agobio y desesperanza que acaba cobrándose su rédito en términos de salud física y psíquica. Los profesionales sanitarios, debemos tener en mente las conclusiones de esta investigación que, sin ser novedosas, nos dan una explicación de la actitud, cambio de rumbo o difícil evolución de algunos de nuestros pacientes. Muchos de éstos, hiperfrecuentadores, tienen razones objetivas para quejarse, ya que el desempleo, sobre todo el de larga duración, mina la salud de las personas. A los que ahora lean estas líneas y se encuentren desempleados, nuestro cariño y aliento. Y, si nos lo permiten, un consejo: para salir de esta difícil situación y conservar la salud, nada mejor que huir del aislamiento y apoyarse en una red social (familiares, vecinos, amigos, amigos de los amigos…) tan amplia como sea posible. Internet, ha cambiado también la forma de buscar empleo. Esto sin olvidar lo importante que es mantenerse activos. Como hemos oído muchas veces, parados, pero no quietos…

13 comentarios

  1. Me siento impotente ante muchas situaciones que se presentan en mi consulta por problemas laborales. Aparte del apoyo moral no se que ofrecerles.
    Como dice el Gerineldo la situación no estalla por el apoyo familiar , ¿pero y la sensación de inutilidad que tienen los afectados?.Les duele la cabeza, les sube la tensión arterial , no duermen , les duele el estomago, sufren de ansiedad,¿y yo que hago? ¿les inflo de medicamentos para síntomas producidos por la situación a la que los han llevado nuestros ineptos políticos?

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    • Hola, Carmen:
      Gracias por tu comentario. Recuerdo en un curso de depresión, que una médico de familia contaba que «siempre tengo una caja de kleenex sobre la mesa. Much@s llegan, se hartan de llorar, se desahogan y se van…». Con este post he querido pone en valor la parte más humana de nuestro trabajo. Obviamente, no podemos pagar las facturas de otros o dar trabajo a quien no lo tiene. Pero tampoco debemos perder de vista el contexto en el que se desenvuelven nuestros pacientes y más en las circunstancias actuales. Muchos de ellos, solo acuden para que les escuchemos, para desahogarse, con una colección de síntomas que son fiel reflejo de su sufrimiento. ¿Medicalizar? Solo en casos de estricta necesidad. Como bien sabes, en determinadas circunstancias no hay nada más terapéutico que la escucha activa de alguien en quien confías.
      Un saludo.
      CARLOS

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      • Hola Carlos y Carmen:

        Soy una estudiante que tiene que hacer un trabajo de recerca y ha escogido el tema de «consecuencias sociales y psicológicas del desempleo». Ante un tema tan actual no encuentro demasiada información en la red, y creo que vuestra ayuda me podría ayudar mucho. Les agradecería que me facilitarais vuestro correo para así haceros un par de consultas.
        Saabriinaa.vila@hotmail.com (ara que me pongáis vuestro correo por si no lo queréis poner por web).

        Muchas gracias y un saludo.

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  2. Bueno, además del apoyo en la red social cercana recomendaría la búsqueda de apoyo en redes más amplias de los movimientos sociales contestatarios, una actitud crítica y de rebeldía contra las estructuras sociales que le mantienen marginado, que también se puede realizar de manera sosegada como estamos viendo en Islandia, Tunez, etc., puede tener unos efectos muy saludables, tanto o más que la asistencia de los familiares y amigos.

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    • Hola, Manu:
      Bueno, no está de más algo de rebeldía en una Sociedad tan mortecina como la nuestra. Creo que la situación de España no es comparable, por ejemplo, a la de Egipto. Aquí por lo menos podemos permitirnos el lujo de tener crisis de vez en cuando. Otros, viven en el caos permanente. Y encima, no pueden patalear en las urnas. Como a la revolución no se va en coche, que alguien dijo una vez, esperaremos pacientemente al mes de mayo. Y que cada cual vote en función de su conciencia… y sus intereses. De todas formas, creo que en España falta Sociedad Civil y sobran las filas prietas. Son las cosas de las «jóvenes democracias»…
      Gracias por el comentario.
      CARLOS

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  3. Especialmente interesante esta entrada Carlos. Efectivamente, sin ser una novedad los resultados de este estudio, los médicos más observadores vienen observando y asociando los cambios en su consulta con la situación socio-económica actual. Otro grupo de médicos observan, pero no asocian ni se adaptan a la nueva situación y se unen al «grupo sufridor» junto a sus pacientes. Falta conocer el efecto de la situación socioéconómica en la salud física y mental de los sanitarios. Mi impresión es que los profesionales de la salud están más nerviosos de lo normal. Sería muy intersante evaluar esta situación.

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    • Gracias por el comentario, Enrique. Sí que sería interesante evaluar la situación. Los sanitarios sufrimos la situación en nuestras propias carnes (todos hemos visto caer nuestro poder adquisitivo en picado en los últimos años) y, como los demás, vemos situaciones difíciles, a veces dramáticas, alrededor nuestro (quién no conoce a alguien, amigo, familiar, vecino… que las está pasando canutas) y en los centros de trabajo. Por mucho que queramos poner nuestra mejor cara, no somos de piedra. Eso sí, por muy «nerviosos» que se pongan algunos, hay que reconocer que la gente de primaria, está hecha de otra pasta…
      Un saludo.
      CARLOS

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