(Bit) Antidepresivos y suicidio: un drama en dos actos

Comenzamos hoy con una publicación aparecida en Circulation de gran interés para los cardiólogos y los que trabajamos en atención primaria: con el título 2011 ACCF/AHA/HRS Focused Update on the Management of Patients With Atrial Fibrillation (Updating the 2006 Guideline) esta guía actualiza, como dice el título, la existente de tratamiento del paciente con fibrilación auricular y está avalada por tres macrosociedades: la American Heart Association, la American College of Cardiology Foundation y la Heart Rhythm Society. De su contenido destacamos, a vuelapluma, 3 cosas: la tabla 1, en la que se resume la metodología seguida para formular las recomendaciones (a veces parece que lo de no supone avance terapéutico es una frase vacía tras la que no hay nada), el algoritmo de tratamiento (figura 1) y el resumen de las recomendaciones (tabla 5), comparando la versión anterior de la guía, con la nueva. Como curiosidad, no han incluido dabigatrán ya que cuando se elaboró la guía la FDA no había aprobado aún la indicación en Estados Unidos. Como recordaréis, la autorización se concedió el pasado mes de octubre, por lo que este gesto de respeto, por otra parte loable, ha dejado a la guía un tanto coja a la espera del posicionamiento de estas sociedades sobre el lugar en la terapéutica del nuevo anticoagulante.

En nuestra última entrada, hablamos de cómo los análogos han barrido a las insulinas humanas, sin que la evidencia haya dejado claro que el sobrecoste de esta estrategia terapéutica se corresponda con el beneficio clínico obtenido. A aquéllos interesados en el tema, recomendamos, además de la bibliografía del artículo del BMJ, con cierto sesgo British, el material publicado en la web de la Canadian Agency for Drugs and Technologies in Health, dentro del apartado dedicado al Canadian Optimal Medication Prescribing & Utilization Service y, dentro de éste, tanto los informes elaborados como las herramientas ideadas para la implantación de las recomendaciones sobre estos medicamentos.

Pero hoy nos quedamos con el nuevo número del Boletín de Información Farmacoterapéutica de Navarra (bit) que, con el título Suicidio y antidepresivos, ha tenido como objetivo revisar la evidencia existente sobre este tema, sobre todo en relación con grupos poblacionales tan específicos como niños y adolescentes y analizar cuáles son las recomendaciones respecto al uso de estos medicamentos. Temazo de gran impacto en atención primaria, por el amplísimo uso de los antidepresivos en nuestro medio y porque posiblemente en la nefasta relación entre estos medicamentos y el suicidio aún no se haya dicho aún la última palabra. Pero veamos qué nos dicen los navarricos en su boletín…

Como el texto es largo (14 páginas) y está en español, extractamos algunas ideas o datos que nos han llamado la atención:

-El suicidio es el resultado de la confluencia de factores de diversa índole (social, cultural, psicopatológica y biológica) que se combinan entre sí para generar un rango de comportamientos autolesivos, que abarcan desde la simple ideación transitoria hasta el suicidio consumado.

– En 2.008, según datos del INE, constituyó la causa externa de muerte más frecuente (3.241 muertes en total) en España. No obstante, las cifras fueron similares a 2.007 y la situación actual es debida a la disminución de la mortalidad por accidentes de tráfico.

– 1 de cada 2 personas que consuma un suicidio sufre un trastorno depresivo.

– Existe evidencia que asocia el uso de antidepresivos a un aumento del riesgo de suicidio. Al estratificar por edad, se pone de manifiesto que el efecto protector frente al suicidio demostrado en mayores de 65 años, disminuye conforme lo hace aquélla, pudiendo ser considerado como factor de riesgo principalmente, en niños y adolescentes.

– Las medidas reguladoras puestas en marcha tuvieron, según estudios posteriores, efectos imprevistos, como una disminución de los diagnósticos de depresión, una reducción de la prescripción de antidepresivos o un incremento de las tasas de suicidio en pacientes jóvenes.

– No hay estudios prospectivos aleatorizados y controlados que resuelvan la controversia creada por estos datos.

Comentario: nos hubiera gustado ilustrar este post con algún dato de prevalencia de uso de los antidepresivos en España, única pega que le podemos poner a la lectura de hoy. Pero el observatorio de la AEMPS, que da la sensación de comenzar a enmohecer, no contempla este subgrupo terapéutico entre los priorizados. A falta de datos oficiales, cuya publicación debería ser obligatoria, hemos encontrado un jugoso titular en la prensa general. No tiene desperdicio la explicación que achaca el incremento del uso de antidepresivos a la caída de la prescripción de los tranquilizantes. A veces los expertos, confunden sus deseos con la realidad.

Del artículo que hoy nos ocupa, queremos destacar 3 cosas: en primer lugar, el estupendo  trabajo de Laura Calvo, que hace una descripción de la relación antidepresivos/suicidio, amena, ágil y muy documentada. Un trabajo excepcional. En segundo lugar, el papelón de la industria en este asunto: a rastras de la evidencia, a rastras de las autoridades sanitarias y empeorando -si cabe- las cosas con el sesgo de publicación. ¿Cómo es posible que alguien con un estudio que sugiere que un antidepresivo aumenta el suicidio en niños, decida meterlo en el cajón y hurtarlo al debate científico? Por último, es lamentable que la polémica antidepresivos/suicidio siga sin solución: parece que, a falta de iniciativa privada, ninguna administración, está interesada en invertir un euro para aclarar este inquietante área de incertidumbre.

Para los clínicos, el mensaje es claro: el riesgo es cierto, sobre todo en niños y adolescentes, en los que la valoración del riesgo de suicidio, el uso juicioso de los antidepresivos (fluoxetina) y el seguimiento exhaustivo durante las primeras semanas de tratamiento, es fundamental. Sin olvidarnos, claro está, que la psicoterapia es la piedra angular del mismo. Justo lo que nos dicen las guías basadas en la evidencia. Esperemos que, en esta ocasión, confiemos en sus recomendaciones y no tengamos que escuchar la vieja cantinela del remedio y la enfermedad…

4 comentarios

  1. Pues más de los mismo Carlos.
    El problema aumenta, cuando en ocasiones (bastantes) los antidepresivos son prescritos para cuadros que ni siquiera son depresiones: tristeza por ruptura sentimental, problemas familiares, laborales, etc. En fin parte de la población busca la «pildora de la felicidad».
    Pero bueno, el objetivo principal de este mensaje es desearte tanto en nombre propio como de Docencia Rafalafena una Feliz Navidad y un Próspero y Venturoso 2011. Un abrazo. Maria José Monedero

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    • Muchas gracias, Mª José. Felices fiestas a ti y todos tus compañeros.
      Y como que nos toque la lotería lo veo poco probable, pediremos mucha salud, para seguir en el tajo el año que viene. Que no falte…
      Un fuerte abrazo.
      CARLOS

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  2. Sin duda que es difícil convivir con los antidepresivos. Findrxonline menciona que La depresión es una enfermedad que afecta la calidad de vida del paciente, es importante que reciba un tratamiento adecuado para combatirlo. Existen varios tratamientos muy eficaces para la depresión, algunos de estos son: medicamentos antidepresivos, psicoterapia y terapia electroconvulsiva.

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